sábado, 5 de agosto de 2017

UNA BONITA Y REFRESCANTE EXCURSIÓN.




Amaneció el vieres día 27 de julio del año del señor en que  estamos sobreviviendo al calor de la mejor manera posible y nos encaminamos, uno a uno o en pareja, hacia la parada del autobús. Empezaba un periplo  que iba a sorprendernos a todos.

Primera parada, un café  y algo sólido para hacer frente al horario desacostumbrado. Hasta aquí las caras de los socios del Esplai Salou que habían optado por salir de casa y ver mundo, no reflejaban sorpresa ninguna. Sabíamos, nos lo habían contado. que viajaríamos hacia San Carles de la Rápita y allí un barco / golondrina nos llevaría a un chiringuito a degustar mejillones.

 Bien, subimos otra vez al autobús y allá que nos fuimos.

Aquí empieza la aventura.




La nave nos esperaba y subimos encantados. Cielo azul, sol de justicia, brisa marina  y las aguas tranquilas nos invitaban a cruzar el amplio mar. Sombreros puestos, protector solar y al ritmo de música animada y explicaciones desde la megafonía de proa (¡ja!) fuimos navegando millas...

Al fondo San Carlos, a nuestros pies la estela de popa... 
Así continua la travesía: a babor y a estribor  agua azul. Pasamos por la zona de cría de mejillones: ambos lados cubiertos por las maderas que soportan las cuerdas donde, temporada a temporada, siembran y recogen los moluscos.

Tardamos un buen rato en darnos cuenta que no teníamos tierra a la vista. Poco a poco se perfiló en el horizonte una construcción. 
¿Una isla? ¿Un  yate? ¿Un espejismo?

No llegamos a un puerto. El barco fondea y amarra en una pasarela/camino que conduce a...


Un restaurante sobre el mar, isla manufacturada, chiringuito de mejillones. ¡Albricias y regodeos!


Un montón de camareros nos esperan acompañándonos hacia unas mesas en la cuales a medidas que vamos ocupando los asientos, aparecen los famosos mejillones, vasos, platos, cubiertos y desde luego vino y cerveza. También agua fresquita. ¡Claro!





       Aquí hermosa vista aérea del sitio, que no tuvimos en su momento y nos costó entender:



Si, es una isla artificial, pero lo mejor estaba por llegar. En el primer momento se asume que hay agua por todas partes y entonces...


Vemos niños y mayores chapoteando alrededor del chiringuito, 











                            Columpios y  Juegos clavados en la arena. 




                                 ¿Qué es esto?




Estamos en la bahia dels Alfacs y en una zona de poco calado.

Nos explican que es ¡la bahía más grande de Europa!

 Veraneantes que conocen el lugar caminan cargados de petates y sombrillas hacia el horizonte que resulta ser. ¡Una playa!

Mientras tanto nosotros los jubilados expedicionarios, seguimos comiendo, paella, fideua...        
....y bebiendo...


Se empiezan a oír cantos "clásicos", llegando a sonar, a varias voces. ¡Asturias patria querida!

                                                   Después... 

                 ...ya no recuerdo.

... entre risas, postres, cava y comentarios va pasando la tarde y se piensa en el regreso.

No todos pierden el norte: Una pareja  del Esplai visita nuestra mesa y charlamos un rato más.

Nos embarcamos nuevamente: La excursión termina.

La golondrina nos pasea por la bahía de San Carlos para quedarnos con el hermoso paisaje marino.
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Con ese recuerdo  subimos al autobús  y en silencio se pone el rumbo a Salou ahora si,  sobre carreteras tradicionales de asfalto, o sea tierra firme.

En nuestros ojos se refleja, aún, el mar, la bahía y la playa ...en fin todo lo visto y disfrutado.

                                                    ¡Hasta otra marineros!
Teresa Ros


                                  ++++++++++++++++++++++++++++++++++


                                                  

2 comentarios:

  1. Es cierto, pasamos un día de aquellos que no se suelen olvidar. Xavier

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  2. Gracias por compartir. Hasta otra, a mejorar sin olvidar.

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